Estaba leyendo citas de Marketing y me topé con William A. Feather, quien fue autor y editor estadounidense dedicado a los negocios. La oración textual dice: "La Publicidad se basa en la observación de que un sujeto es en realidad dos: el que es y el que le gustaría ser".
Primero recordé a Thorstein Veblen, economista y sociólogo de Estados Unidos. El que decía que a determinadas individuos les agrada ostentar. Lo que me hace acordar del valor simbólico de una mercancía, que sobrepasa el valor útil, por la carga de icono para el que lo aprecie y consiga. Un objeto de deseo, debe poseer un gran poder en su valor simbólico que sobrepasa la utilidad. Por ejemplo, La Gioconda, es de un gran valor simbólico, poseerla daría una gran estampa al propietario en la sociedad en que vive y valora la obra de Da Vinci. Es por eso que el valor simbólico nos hace dueños de la aceptación de la clase o grupo social al cual queremos llegar y pertenecer. Es un valor arraigado en la sociedad y en los individuos de un grupo, que nos asegura pertenencia al conjunto de referencia.
Los conceptos grupo de referencia y pertenencia son sumamente utilizado. Porque alguien del GSE, C4, que compra, haciendo malabares; artículos que cree posee valor simbólico que lo hará un C2 u otra clase con mayor poder adquisitivo, según sus concepciones de clase. Es decir, mostrar tener poder adquisitivo para comprar siendo pobre. Porque un C4 o C3b son D con mayor poder de endeudamiento.
Nuestra sociedad está inmersa en el consumo. Los servicios y bienes básicos de supervivencia están saciados y masificados casi totalmente en las naciones. Es decir, las necesidades fisiológicas (Maslow) o de supervivencia (Max- Neef) están saciadas casi cabalmente. No creo que las necesidades estén jerarquizadas hoy en día. Entonces, como el poder adquisitivo ha aumentado por medio de las facilidades de pago, endeudamiento, podemos entrar en un abanico de posibilidades de compra, que nos pueden permitir mejorar nuestro estatus o calidad de vida y subirnos a nuestro grupo de referencia, cargarnos de valor simbólico para conseguir aceptación.
Por eso concuerdo que las motivaciones para saciar las necesidades van vinculadas con el valor simbólico, en la necesidad de un ser sujeto a un grupo que moldea quien quiere ser en base al criterio del primero.
Entonces, debemos ver las expectativas simbólicas de nuestros consumidores en la tensión de la necesidad de quienes desean ser, además del valor útil.
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